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La Unión Europea aprueba la primera ley de Inteligencia Artificial
Ley de Inteligencia Artificial
En un hito histórico, la Unión Europea se convertirá en la primera región del mundo en regular de manera integral los usos de la inteligencia artificial (IA).
Después de tres días de intensas negociaciones, los Estados miembros y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo provisional.
Aunque el texto final aún debe ser ratificado por ambas partes, se espera que la ley de inteligencia artificial entre en vigor a finales de 2026, con algunas partes de la regulación funcionando antes.
¿Cuál es el objetivo de la ley de inteligencia artificial?
El objetivo fundamental de la ley de inteligencia artificial es garantizar que los sistemas de IA utilizados en la UE sean seguros y respeten los derechos fundamentales y los valores europeos.
La Presidencia española del Consejo de la UE expresó que la ley busca convertirse en una referencia o estándar para otras regiones más allá de las fronteras comunitarias.
Según fuentes cercanas a las negociaciones, se buscó crear una ley «a prueba del futuro» que proporcionará la flexibilidad necesaria para regular funciones o tecnologías aún desconocidas.
Además, se adaptaría a los cambios que pudieran experimentar las tecnologías de IA ya existentes.
Ley de Inteligencia Artificial: Diferentes niveles de riesgo
Uno de los elementos clave de la ley de inteligencia artificial, es la definición de diferentes niveles de riesgo para las tecnologías de inteligencia artificial. Niveles establecidos:
Se identificarán y prohibirán ciertos usos de la IA que presenten un riesgo inaceptable para la seguridad y los derechos fundamentales.
Se establecerán requisitos más rigurosos para sistemas de IA considerados de alto riesgo, como aquellos utilizados en sectores críticos como la salud, el transporte y los servicios públicos. Estos sistemas estarán sujetos a un registro especial y a una supervisión más estricta.
Se prestará especial atención a los sistemas de IA generativa, aquellos capaces de crear contenido, para mitigar los riesgos potenciales asociados con la desinformación, la creación de deepfakes y otras amenazas.
Para sistemas de IA de bajo riesgo, se establecerán medidas proporcionadas que permitan la innovación sin comprometer la seguridad y los derechos fundamentales.
Aunque la letra pequeña del acuerdo aún está por conocerse, todas las partes involucradas se declararon satisfechas por el «equilibrio» logrado entre garantizar las posibilidades de la IA y limitar al máximo los riesgos.
Este paso regulatorio representa un avance significativo hacia la gestión ética y responsable de la inteligencia artificial, estableciendo un precedente que podría influir en futuras regulaciones a nivel global.
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